Día 1. A new day has come

• Peso: 278 libras* (pero vestida y consciente que a estas horas el cuerpo pesa claramente más)
• Horas perdidas de sueño: 1 (a las dos han sido las tres, inquietante)
• Buenos propósitos a partir de hoy: dieta extrema, deporte no tan extremo, eliminar 100% el nivel de coca-cola en sangre y actualizar el blog cada día
• Días para dejar de ser veinteañera: 132 (pero me he descontando varias veces, así que mejor no fiarse)

Hoy he aprendido que el alcohol a parte de ser letal para las penas también ayuda con las manchas de pintura del parqué. De rodillas, al más puro estilo de las pelis italianas y en lo que -posiblemente sólo a mi - me ha parecido un claro homenaje a Sofia Loren, he borrado una a una las gotas de pintura que quedaban en el suelo.  Me siento como si me hubieran regalado una camada de Gremlins: no mojar, no barrer, no aspirar sin el accesorio adecuado, no dejar que reciba luz directa... Ay, ¡ pero es tan bonito !  Me encuentro proponiéndome en secreto mantenerlo siempre en perfecto estado, shtttttttttttttttttttttt. 

Cuca Loren

Resumen express post-limpieza: sofá, lavadora, tripón, foto en sofá, reencuentro, acoso involuntario a un transeúnte, habas para picar, cena japonesa de ponerse al día (o a la noche) con mi papaya Pepi. Too late para explicar lo de papaya. Me voy a la cama a contar Marc Darcys.



* En libras la conversión es más difícil lo que por extensión me hace la cuenta de los kilos mucho más llevadera. Autoengaño, qué haríamos sin él.